PANTALLA MUSICAL


 

sábado, 31 de julio de 2010

LA “IGNORANCIA” DE LOS ANTEPASADOS.

Hablo  para mi, escucho el silencio interior desde el que surge la voz  desconocida en su origen, pero cierta; es el silencio del espíritu quién sintoniza la emisora interior, la del corazón: para mí.  Igual que cualquier emisión radiofónica, basta con disponer el aparato receptor y sintonizar, para poder captar la emisión, que sin este proceso , estando ahí, no es audible.

La emisión es clara y perceptible para quién se tome la molestia de poner los medios y actitudes adecuados. Para aquellos que no sienten la necesidad de escuchar la emisión, para aquellos que sencillamente, no creen en la existencia de las ondas , sencilla y simplemente no existe emisión alguna.

Pero la actitud es fundamental; es la actitud del corazón, es la sabiduría de la humildad, es la bondad interior, la que te proporciona el aparato adecuado para poder sintonizar. Es necesario el recogimiento y silencio interior para lograr la capacidad de sintonizar con la voz interior, la emisión universal de la emisora divina.

Pero hay parásitos e interferencias que te impiden, dificultan ó te cierran las puertas para poder sintonizar;    la maldad, la vanidad y orgullo  de los espíritus poco sensibles, pocos avanzados, son las principales de ellas.

Y hay también personas que te impiden caminar, gentes que incapaces de cualquier actitud de avance personal, viven aletargados, como simples “momias” vitales. Gentes que viven vidas vacías, puramente animal, instintiva.  Nacen, crecen y  se reproducen, quieren a  su manera,  se relacionan , pero de forma totalmente instintiva, mecánica y carente de sentido real.

Forman grupos, manadas, forman sectas y equipos, crean modas y creencias, inventan religiones y partidos, pero olvidan lo principal, olvidan  lo elemental, y hacen de la unión la fuerza.

Cada uno de nosotros es una obligación hacia sí mismo, una labor a realizar, una tarea interior indispensable para la evolución y escape del círculo de lo vano y elemental.

Y nuestra civilización ha olvidado los principios elementales, los cimientos del espíritu, que es la única razón y experiencia cierta, universal y eterna.

Tenemos el poder de la fuerza, la fuerza de la unión, pero nuestros principios, los de cada uno, son una radio apagada, una emisión no captada , sencillamente una voz perdida en el éter de nuestros corazones, de nuestro infinito espacio interior.

Es tan fácil entender esto, es tan claramente audible , que no alcanzo a entender, no entiendo lo que veo a mi alrededor, por absurdo, por ilógico y sin sentido.

Cuando hablamos de sinónimos, nos referimos a palabras que siendo distintos significan lo mismo. Sin embargo ni siquiera los sinónimos dejan de tener matices que los diferencian y oponen en su valor.

Decir sencillo y simple, es sinónimamente, hablar de lo mismo. Pero una persona sencilla es una persona con una cualidad humana importante,, en cambio, una persona simple, es una persona de pocos valores, poco evolucionada.

Así somos en nuestras creencias e ideas, en nuestras actitudes, la mayoría de los seres humanos. Somos simples.

Generaciones atrás, civilizaciones antiguas, siendo sencillas eran valiosas, profundas y ricas en su estado interior, en sus creencias, en su lenguaje profundo con la vida. Tenían en su aparente sencillez, todo el valor que te otorga la humildad; poseían una increíble, profunda y perfeccionada técnica para sintonizar con la EMISION. Profundos conocedores del camino interior, del sendero , tenían un conocimiento profundo de la vida y su significado.  En su sencillez , en su capacidad de comprenderse y entenderse parte del todo , estaba su verdadero potencial, aquel que te provoca y dota de la capacidad de ser cierta y verdaderamente feliz..

Y cuando alcanzas ese conocimiento solo te resta pagar tus deudas kármicas para iniciar libre de cargas y peso el viaje a las estrellas, continuar el proceso evolutivo.

Nosotros somos ahora, doscientos años después, seres “evolucionados”. Realmente hay diferencia entre nuestra sabiduría y la de los indios aquellos, pobres, cultos e ignorantes, que sin “estudios” sin técnica, sin apariencias, sin otra cualidad que la sencillez, hacían manifestaciones tan profundas.

 

 

…y me siento estúpido, profundamentemente ignorante y culpable de ser y formar

parte de esta historia de la que me sé  responsable.

jueves, 29 de julio de 2010

La carga ajena

Ciertamente soy un personaje extraño,  ( -sin duda alguna, reconozco yo-,)  ciertamente soy un individuo de vida poco mundana, con ideales ajenos a los que están de moda, con comportamiento fuera de los “normal”,  y lo reconozco abiertamente, y si esa es mi culpa,  pues bien, lo soy. Me declaro culpable-

No mantengo muchas relacionas sociales , no asisto a fiestas ni actos multitudinarios normalmente, no me siento en banquetes ni demás festejos, asiduamente. No voy a entierros, funerales, y otros…

También es cierto. Lo sé, y me declaro culpable.

Esa es mi forma de ser y actuar, de puertas para afuera.

Sí, soy culpable de ser profundamente tímido, más allá de lo que incluso los que me conocen son capaces de entrever. Sí soy culpable de ser incapaz de hacer daño, de violentar a nadie. Soy culpable de resultarme muy difícil pedir favores, incluso a aquellos a quién se los hago.

Sí soy culpable de no  poder aprovecharme de los demás, de no saber dar palmaditas en la espalda, de no hacer la pelota, de no disfrutar del mal ajeno.

Soy culpable sí, de no poder ser  violento, de no arremeter contra los demás por culpa de mis propios problemas e irresponsabilidades.

Soy culpable de tener un concepto personal y distinto de lo que significa la vida y disfrutar de ella.

Soy culpable también de respetar profundamente las opciones diferentes a la mía. Soy culpable de no querer imponer nada a nadie.

Porque lo que digo, siento y expreso es mi forma de ser íntimamente feliz.

Soy culpable, sí, de ser un niño encerrado en un cuerpo maduro y en declive.

Me culpo de ayudar a quién me lo pide, de no guardar rencor a aquellos que se subieron a mis espaldas para aliviar su propia carga, a pesar de aumentar terriblemente la mía,

Tengo la terrible culpa de no cargar a nadie con mis problemas, con no castigar  a nadie con mis penas, de no faltar al respeto a nadie con mi comportamiento, con mi estilo de vida y forma de pensar.

Expreso, con la libertad que otorgo y respeto en y  para los demás , mis opiniones y creencias.

Soy culpable sí, de sentirme y saberme diferente y no menospreciar a los demás por ser cómo son., y saberlos y sentirlos diferentes.

Y de puertas adentro, me confieso culpable de ser hipersensible, afectuoso con mis seres queridos, aunque desprendido en las manifestaciones externas. Me confieso culpable de llorar con frecuencia, de asistir a mi propio entierro y funeral, cada vez que pierdo a alguien de mi entorno, de sumirme en la pena con las penas ajenas, a solas, sin aspavientos, sin “falsas apariencias”, sin cumplimientos sociales.

Soy culpable, en fin, y en definitiva, de no pedir para mí más de lo que doy para los demás.

Y este es el valor escaso de este diario, en el que un reo, un  ajusticiado del rol de lo humano, juega su propio juego, recorre su propio camino, anda tras sus propias huellas, ajeno , en lo posible, de lo humano, respetando profundamente a todos y a todo, con humildad . Este es un hueco de mí mismo en el que escribo plasmando mis sentimientos sin pretensiones, en la intimidad, con el lenguaje del corazón, para hacer mi mente consciente de la sabiduría del espíritu encerrado en mí, en cada uno de nosotros, en esencia.

CORAZON

Miradas en San Cristóbal.

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Los años, tienen sabor, color y olor, los años vienen cargados de recuerdos, de emociones. El tiempo no queda en el olvido, queda en el alma, y la música es el instrumento, el vehículo que nos devuelve todas esas emociones. Escucharla es, sencillamente, tener la oportunidad de volver a vivir, ganarle la partida al tiempo.

Gracias a quiénes, navegantes del sendero, hacedores de lo hermoso,  nos regalan con preciosas joyas cargadas de emoción. Gracias a la vida por hacerme capaz de sentirlas mías, con el corazón, con la humildad…con amor.

Lo que sé, pienso, siento y digo no soy yo…soy tú

.Soy un vividor, un sibarita de los sentidos. Un despistado patoso, disfrutador de lo noble y lo hermoso. Soy un paseante y escuchante solitario, cargado a veces con mi mochila y mi trípode , un caminante interior, un paseador de lo externo, un analista de las emociones íntimas.

Aprecio y valoro la frágil y temporal oportunidad de vivir, en el verdadero sentido, con la absoluta convicción de ser un deudor vital,; miro con los ojos del corazón, con la otra mirada, aquella que me devuelve el encanto más profundo y emocional de lo que me rodea.

No necesito que nadie llene mi saco , no necesito de lo ajeno para sentirme pleno y feliz.  La vida, sencillamente, la maravillosa , hermosa creación me es suficiente para mantenerme extasiado y  dichoso en mi corazón.

Asisto cada día al nuevo amanecer como el recién nacido cuando abre sus ojos a la luz por primera vez..  Alejado del bullicio, de lo temporal, de la moda y lo pasajero, de los falsos roles y acontecimientos humanos, me siento más unido, más fiel, más noble, y más amigo del mundo.

No necesito una copa en la mano, para que brille mi mirada, no necesito ser hincha de un equipo de fútbol, no necesito llenar mi vacío con la defensa de una causa que sólo sirve de excusa para llenar mi vacío existencial.

Sí, soy un solitario despistado, un paseante que se cruza en su camino con otros que como yo recorren el sendero, el otro, y que al cruzarse esbozan un saludo y una sonrisa, que expresa lo más noble de los sentimientos, y que aún sin palabras, en un segundo, en un instante que por fugaz se convierte en infinito, se dicen todo lo expresable.

Soy un recordante, un eco de lo pasado, un apasionado defensor de los  sueños de los recuerdos.. , un eterno convencido de que lo hermoso, nada tiene que ver con lo perfecto, que cree que la técnica nunca suple la creatividad, que la emoción de los sentimientos puede más que la razón, y que tiene, quizás equivocadamente, la capacidad de emocionarse con los regalos del alma.

Y cuando miro, cuando siento, cuando disfruto de la luz de la creación, cuando escucho la música del alma , cuando comparto y dialogo con el otro lenguaje, aquél que compartimos, los estúpidos, los ignorados, los apartados del rol , me siento  unido en la distancia. más real, más profunda , y esencialmente, de la forma más fiel,  a los demás, porque lo hago sin intenciones, sin motivos, sin intereses, sin necesidades y apremios egoistas.

Me sé efímero y fugaz, más etéreo y  frágil que una gota de agua sobre la arena hirviente del desierto de la vida, . pero ese instante es toda mi vida, ahí se concentra todo el placer de sentir emocionalmente.

Sé que la vida me ha hecho un préstamo y que he devolverlo con el paso del tiempo, y eso  aumenta y acelera mi capacidad de “sentir” cada segundo, con cada soplo de aire que entra en mis pulmones.

Y eso me hace ser un navegante del tiempo, de lo relativo y de lo absurdo, un escuchante del pasado eterno. Amo la música, y  la oigo sin fronteras temporales. Amo la oportunidad única, irrepetible, e inmerecida, de vivir, simplemente y humildemente  vivo sintiendo.

Con los ojos cerrados, con el tiempo aparcado, con el sonido como eco del alma, como vehículo de los sentidos, cierro las puertas y me sumergo en el tibio susurro de la música.

miércoles, 28 de julio de 2010

TRAS LA PUERTA…

El secreto es silencioso ;  tranquilo duerme aletargado en el silencio del corazón.  Es un conocimiento universal,  la verdad escondida en el alma de cada ser humano, sin distinción de credos, religiones, filosofías, razas ó clases sociales.

No hay poder ni valores humanos, que pueda enfrentarse con la verdad universal,  frente a la que todo lo humano es ínfimo  e inicuo.

Basta asomarse a la ventana que se nos abre para divisar todo un espectáculo , aquél que conforma la verdadera realidad,  y no la mentira que encierra nuestro desvencijado cuartucho, en el que la miseria humana ha convertido la propia existencia.

Y la verdad, el conocimiento, es asequible. Escondida tras la  “puerta” de nuestras propias mentiras, de nuestro propio juego creado, está la certeza del todo.

Basta despojarse de la pesada carga de nuestras equivocadas creencias, desvestirse de las mentiras y autoengaños, basta mirar con la mirada interior , serena, sencilla y limpia, basta con acercarse con humildad a la puerta, para con un simple golpear con los nudillos del corazón lograr que la puerta se nos abra, siquiera un poco, para dejarnos entrever,  y saborear, la realidad, el placer de la existencia  confiada y sublime que conforma la vida, nuestro propio yo, eterno, universal y evolutivo.

Y entonces, con el ínfimo rayo de luz que ilumina, a través de la puerta que comienza a abrirse, todo adquiere sentido y valor, lo de allá, y también, significativamente lo de más acá.

Todo se convierte en una experiencia sublime, nueva, reluciente y vital.

Un amanecer, una puesta de sol, una sonrisa, un gesto amigo…todo es una experiencia , cobra un nuevo significado y valor.

La soledad adquiere también otro matiz; de ausencia y vacío pasa a convertirse en camino, un camino que recorres acompañado por la propia vida, de la que eres ahora amigo íntimo y feliz.

Tremendamente lleno, rico en tu vivencia, eres como una laguna de agua tibia y fértil, un sereno lago que como remanso de paz, acoges en tus orillas a los demás. Eres capaz de amar, en el retiro, en el silencio, mucho más que con palabras vanas y elocuentes, más allá de gestos y florituras aprendidas  como idioma de falsa moneda.

Hay en el corazón del caminante del sendero interior, una fe, una certeza absoluta del conocimiento y la verdad. Vivir sin esa luz, vivir sin la necesidad de esa búsqueda , es la confirmación de la existencia de los zombies.

Y  cuando has vislumbrado, siquiera es pequeña vena de luz de lo escondido, y  vuelves la mirada hacia acá, ves un mundo de parloteantes y obscuros seres, que como autómatas recorren las calles de la vida , atareados y ataviados con sus propias mentiras, con sus vanales creencias y valores temporales.

Desde la atalaya, desde la altura, no humana,  no de prestigio y valor social, sino desde la altura del corazón, tienes la visión de un privilegiado, que, en la mayor parte de las veces ( en todas), aparece  frente a la mirada de los vanos, como un sencillo y loco  estúpido, un loco y aburrido charlatán, un Cristo, que siempre acaba siendo crucificado en aras de lo establecido, del juego en el que no participas.

Pero esa es una victoria, temporal, dura para el vencido, pero al mismo tiempo clarificadora y que confirma al buscador como ganador, de la batalla final, aquella, que simplemente te puede llevar a convertirte en tí mismo, en testigo y parte consciente  de la realidad absoluta, de la que  formarás parte merecida.

sábado, 24 de julio de 2010

http://www.felixcapote.es/

¿quién me lo puede negar?

No puede nadie, con cierto sentido del gusto musical, dejar de reconocer, oyendo cosas como esta, que fueron los mejores momentos musicales en la historia del ser humano.

El sonido de los viejos corazones – ¡aún suenan mejor que nunca!

Nos guste ó no, nunca han habido tiempos para la música como éste.

¿Volverán las alegres golondrinas…a mi balcón sus trinos alegrar?

Nunca habrán ni volverán tiempos como éste, ni música con tal sentimiento y capacidad de producirlos. El sonido de los

violines, el ritmo alegre y  vitalizador, son sin duda la mejor imagen sonora del amor, y la felicidad íntima que este provoca.

Amar es poner ante los ojos un crisol de colores radiantes y renovados en su brillo.

En un mundo en el que todo se compra, en el que todo es porque está, las razones del corazón, la creatividad, la inocencia infantil en el corazón del adulto parecen haber muerto.

De la luz a las sombras, de las ilusiones a la falta de creatividad…

jueves, 22 de julio de 2010

http://www.timflach.com/

SUGERENTEMENTE..

Sugerente música para sugerentes imágenes, sonido alegre, jovial, y dinámico, para animar las tardes de este atípico verano.


miércoles, 21 de julio de 2010

Pensar así…

Y es que cuando cavilo, cuando acallo el bullicio y el ajetreo externo, cuando domino los efectos de los sinsabores de la naturaleza palpable,cuando revuelvo y vuelvo del revés lo que veo fuera, no encuentro otra forma de ver, pensar y sentir que la que subscribo con mis palabras y sentimientos escritos.

Alguien me decía que lo que yo expresaba en mis conversaciones, no dejaba de ser pura fantasía, indemostrable y falaz, algo que se salía del  puro dominio de la lógica y raciocinio de la ciencia y de la técnica.Claro que, entonces, todo lo que antes era indemostrable y ahora sí lo es , gracias a los avances tecnológicos, pasó de ser pura fantasía a convertirse en un hecho real y demostrable. ¿Cómo puede algo pasar de un estado etéreo a otro material, cómo puede algo que no es real

convertirse en un hecho cierto?.

Sencillamente porque siempre fue cierto, pero estaba escondido a nuestra capacidad de comprender  y  “ver”.

Así, para mí, es cierto, son ciertas muchas cosas, que, permanecen ajenas a la mirada de lo material, al poder limitado, ínfimo, de nuestra mente.

Es, esencialmente el poder que te da la humildad en el mirar, la capacidad que te regala la capacidad de observación interior, es el paisaje que se te muestra, cuando viajas y ves, no con los ojos, sino con el corazón, cuando recorres con la mirada interior la inmensidad de la verdad,  aunque solo alcances a acercarte  a la orilla.

Y así, en ese estado, en esa certeza, en esa fe, la misma que llevó a algunos a descubrir verdades ya comprendidas y corroboradas , sé ciertas  tantas cosas escondidas para tantos, que no puedo dejar de sentirme un humilde privilegiado, y al mismo tiempo,  - e inevitablemente- un sufridor vital.

El camino , el sendero, aquel que se  convierte en el “laberinto de la consciencia”, es duro y solitario.  El aprendizaje es individual, porque sólo hay un maestro posible : ¡uno mismo!. De nada sirven cursos ni salidas en grupo, de nada sirven gurús ni religiones que te adoctrinen, no hay

púlpitos a los que subirse.

Ciertamente estamos en una “realidad”, pero ésta no deja de ser sino un ancla que te fija, una atadura que te priva del viaje, de la posibilidad de escapar de la propia cárcel, esa que es una prisión de los sentidos, una carcelera de la mente, que te coacciona y convence, que te devuelve la

imagen que quiere que veas, y te convence de que es la cierta.

Y vives engañado, convencido de la propia mentira, prisionero de valores, creencias y actitudes vanales, efímeras y degradantes para tu propia evolución.

Un pequeño esfuerzo, un simple cerrar los ojos a lo de afuera, con la mirada sencilla, humilde, sin pretensiones, con el ansia de ver tras el muro,   es suficiente para vislumbrar un pequeño rayo de luz, suficiente para que se convierta en un nuevo horizonte, para que dé una nueva perspectiva 

de lo realmente real.

Y lo hermoso, lo tremendamente justo y perfecto de esta riqueza, de esta fortuna, es que no se otorga como privilegio, sino que surge por el esfuerzo, por el afán de la búsqueda personal .

Es el descubrimiento del laberinto interior, el descubrimiento a través de la consciencia, de los sentidos interiores, es el camino que todo lo muestra, que va a ninguna parte , porque todo es único e indivisible. Es, sencillamente el camino del SER.-

¡VAYA LUJO!

jueves, 8 de julio de 2010

http://visualnatura.com/perfil.htm

DESPERTARES

Este es un término que acuñé allá cuando tenía once años, y que he venido utilizando desde entonces en mi diario, el otro, el de papel, el de las páginas ya amarillentas, esas que conservan el color, olor y sabor, del paso del tiempo, pero que encierran en sí mismas, para mí, todo el potencial de una semilla.

Todos hemos soñado y a todos nos ha ocurrido despertarnos en un momento perdido, en un momento que anclado en un segundo entremedias del antes y el después, que se nos hace interminable, encontrarnos, digo, sumidos en la  angustiosa sensación de no poder ni saber dilucidar, cuál es el sueño, y cuál la realidad.

Es un segundo arrimado al devenir normal y natural del tiempo, y que se nos hace por ello extrañamente interminable.

Hasta que, de pronto, en un certero punto de inflexión,todo parece cobrar de nuevo sentido, el reloj continua y recupera su inexorable camino, y volvemos a tomar "conciencia"de eso que llamamos realidad, aunque sigamos durmiendo, y volvamos a retomar el hilo del sueño nuevamente.

Ese instante, es un aspecto del "despertar" del que hablo.

Esos "despertares", no ocurren así sin más, no aparecen y se van sin dejar rastro, sino que, por el contrario, te dejan y plantean numerosas dudas, te provocan multitud de sensaciones, tales como si realmente el sueño es sueño, ó el sueño real es eso que llamamos realidad, ó lo que es lo mismo, que de este lado , en la vigilia,  estamos sumidos en un sueño, que es el cierto.

La vida es sueño, decía alguien, probablemente aludiendo también a esta inquietud.

Vivo soñando que vivo, y es la muerte el despertar de ese sueño engañoso e irreal.

Y el "despertar", mis despertares, me han enseñado que la muerte no es el fin, que es sólo una parte , una experiencia más de la etapa de lo que llamamos vida, y que esta es un sueño, en el que perdemos la conciencia de la verdadera realidad, aquella que se nos escapa a nuestras limitadas capacidades y sentidos, que nos aislan y nos impiden acceder al todo, a la infinitud en que navegamos como seres espirituales.

Vivir se convierte así en ir encerrados en un vagón de un tren, que sigue su trayecto inevitable, mientras nosotros, aislados, miramos desde la ventanilla, durante breves instantes el paisaje exterior, que se nos muestra irreconocible e irreal, por lo fugaz de la visión, pero que nos deja entrever y nos deja la constancia de que fuera hay todo un mundo, que fuera está la verdadera vida, la verdadera realidad, y no esa que nos encontramos entre las cuatro paredes, estrechas y agobiantes del vagón.

Soñar...despertar, todo un dilema de qué es qué, y dónde empieza y comienza cada uno . Cuestión de tiempo descubrirlo, porque siempre, eso sí, , siempre, despertaremos para despejar la cuestión.

Morir, es, cerrar una ventana...para... ¡ABRIR LA PUERTA!

domingo, 4 de julio de 2010

al filo del corazón...

Cerrar los ojos apartar todos los sentidos físicos y escuchar con el alma, al filo de la noche,. con el corazón enamorado por la propia vida, es, sencillamente el placer de sentir la música.

Sentir así, con los ojos cerrados, con el alma a flor de piel, es apoderarte de todo el placer de los sentidos. Música..música... el sonido de la felicidad.

 

... ESTO ES...SENCILLAMENTE AMOR; EL SONIDO DEL AMOR,

LA CARICIA DE SENTIR LA VIDA, EL PLACER DE VOLAR A

TRAVÉS DE LA FELICIDAD, ACARICIADO POR EL SONIDO DE

LOS VIOLINES QUE TE MECEN SUAVEMENTE.

senderos del corazón

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Siento a veces (con cada vez más frecuencia) el deseo imperioso de escapar, quizás del mundo físico, ó, quizás de la realidad material y cotidiana que me ha tocado vivir, probablemente como panacea que mi propio espíritu me brinda para saberme y sentirme.

Momentos en los que intento desligar lo que me ata , ocupa y preocupa, de lo que soy, de lo que realmente soy.

Y entonces, a modo de calcetín al que doy la vuelta del derecho, me transporto y asumo mi mundo interior.

Me aislo, y acallo el ruido mundano y las voces que me surgen en mi cabeza, los pensamientos y preocupaciones, los dolores y tormentos internos, que me rondan y apresan, que me impiden sencillamente "estar".

Y entonces, regreso al fuero interno, el reino de los sentidos sin razones, el mundo del placer de sentir, apreciar, lo que es, lo que está, sin razonamientos, sin juicios ni valores, sólo  y a solas el placer de "sentir".

Tras la subida recorrí el camino entre pinos, entre troncos en el que una luz , un haz de luz solar parecía dirigirme , hacia un infinito desconocido, pero ciertamente seguro y confortable.

Sólo el sonido de mis propios pasos, y un eco de tambor lejano en que se convierte mi cansado corazón ante cualquier esfuerzo físico, acompasaban mi

andar. Un suave murmullo, misterioso y confidente me adelantaba y rodeaba entre los troncos, como si me encontrase jugando al escondite con un invisible amigo. El murmullo del viento parecíame el revolotear de alas de un enorme pájaro de otra dimensión.

El chasquido de mis zapatos sobre la pinocha eran el punto de encuentro con la experiencia física, que a modo de ancla de realidad, me mantenía consciente de mi estado.

A solas, entre pinos, el tiempo parecía carecer de sentido; antes, después, tarde ó temprano, eran palabras, expresiones vacías, sin sentido. Sólo ahora, solo yo era real.

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sábado, 3 de julio de 2010

no me cabe duda

No; no me cabe duda de que más allá del cuerpo, más allá de todo lo que nuestros sentidos físicos son capaces de captar y mostrarnos, hay algo más, pero no solo eso, sino que ese "más" es, sencillamente todo.

Y no me cabe duda cuando escucho música como esta, cuando veo un amanecer ó un esplendoroso atardecer, cuando, simplemente, me veo reflejado en el azul del mar, y me reconozco vivo, y al mismo tiempo ajeno a la imagen que veo. Porque me sé mucho más que eso que mi vista capta, porque me sé eterno y divino, porque me sé protegido a pesar del infortunio y las desgracias, porque me sé amado del amado, porque, en definitiva, tengo el sublime placer de ·reconocer·, más allá de la mirada,,ver más allá de lo que mi vista abarca,oir con el corazón, más allá del alcance de mis oidos y..sencilla, humildemente tener la mayor de las riquezas: ser capaz de valorar eso  que llamamos "vida".

jueves, 1 de julio de 2010

NO GRACIAS...PREFIERO LA POESÍA

Mucho he hablado en estas páginas, y cuando digo hablar, me refiero a hablarme a mí mismo, -que este es un puerto particular en el que solo recala mi sencilla y humilde barca- mucho he reflexionado en voz alta, para ,plantearme, el tema de Dios, y por ende el de las religiones.

Para mi conocimiento, ya ambas cosas están desunidas, son conceptos divergentes.

Si algo une es el compartir pensamiento, y más une cuando estos se refieren a cuestiones profundas y elementales del propio existir. Por eso coloco este comentario junto a este video que refleja mi opinión compartida.

Si algún motivo ha sido cauce y efecto de la violencia , de las muertes, de los abusos y dominio de unos seres humanos contra otros, si hay una causa principal de ello, esta es sin duda las religiones, porque estas han sido siempre el instrumento de mentes preclaras y de sabidas intenciones y deseos de poder para aniquilar y desarmar la capacidad escondida en el alma de todos y cada uno de nosotros de pensar por sí mismo, de buscar, voluntariamente, la verdad cierta que yace en lo profundo de cada alma que "quiere".

UN "ser humano" cuando "es", se define como un buscador. La vida , en definitiva no es sino un lugar efímero de aprendizaje, un período escolar en el que debemos plantearnos multitud de cuestiones, a solas, en la universidad del alma, para poder asistir, más tarde, a ciclos superiores.

Pero hay una inmensa legión de seres humanos, que renegando a su propia y única búsqueda, -e irrenunciable, por obligatoria-, quizá se someten al yugo de los preceptos y pensamientos de otros por comodidad mental, otros que, resultan ser "aprovechados" y servidores de oscuros y malignos intereses, quizás esos que representan lo que , en la realidad conforma el MAL.

No pienses, no vivas, no actúes, ...son las proclamas de las religiones, , aquellas que te hablan de un Dios creador, amoroso  y omnipotente. Aquél que crea un mundo imperfecto, aquél que te dota de capacidades que no debes, no puedes usar, porque lo contradices. Pero eso sí, ese Dios amoroso, te hace una proclama,  -mata en mi nombre, destruye y aniquila por mí- .

Pero esa no es la realidad cierta: tras los muros de todas las iglesias y religiones se esconde y disfraza el mal, porque es el lugar más seguro, provechoso y rentable para hacerlo y dominar.

Sólo hay un lugar donde florece la verdad de Dios, es un jardín pequeño, interior, en el que el propio creador, el ser universal, sin rostro, sin nombre, puso una semilla que cada uno debe regar a través de la fe, y alimentar en el camino de la búsqueda, el sendero del conocimiento y enriquecimiento personal.

Dios no viene desde fuera, Dios es y parte hacia fuera desde nuestro Yo interior. Sólo el Dios aceptado, sólo el Dios descubierto en uno mismo, sólo el que nace de nuestra propia búsqueda, nuestro propio trabajo interior, es válido y universal, porque está por igual en todos los corazones, en todas las almas de quiénes quieren realmente encontrarlo.

Todos los demás dioses, son   creaciones humanas, "recreaciones" con rostro, y características humanas que sólo confunden someten y amilanan el vuelo libre del espíritu, ese que no conoce, no tiene limitaciones, porque no es creación ni dominio de poder humano alguno, lo mismo que su creador; ese que sí podemos, por hacerlo de alguna manera llamar --DIOS--.


Siempre he tenido la angustia, por definirlo de alguna manera, el complejo, quizás, de ser torpe, poco inteligente. Pero no por ello, también es cierto, me amargo, sino que aún valoro más la dicha de esos que poseen lo que yo admiro. Me gusta la belleza, la capacidad de crear, -en todos los sentidos-. Pero, también es verdad que mis conceptos de belleza, las cosas que admiro , valoro, y , sanamente, envidio, no son las "normales" ó más extendidas".

Nota al margen:


Cuando escucho música, cuando leo, cuando miro el arte, la claridad mental...

me siento pequeño, y al mismo tiempo, grande, tremendamente grande, porque en definitiva, esas cosas están ahí para mí, porque las puedo disfrutar, sentir y valorar como el que más.

Sí ; soy un sencillo, humilde, limitado personaje, pero un gigante  "sentidor", un sibarita de los buenos sentimientos, de las capacidades  de valorar, sentir, lo hermoso de la vida, con profunda serenidad... en mi mundo interior.

En la soledad, el poeta escribe sus más hermosos y sentidos poemas, en la soledad el pintor plasma su visión del mundo personal, el científico piensa, el filósofo divaga, el enamorado habla al oído de su amada...  y para mí, tú eres, amada soledad, el lugar donde me encuentro con la poesía, el arte, la ciencia y el pensamiento puro. Para mí, humilde servidor del designio, simple y llano pasajero de tercera, para mí querida soledad, eres la amada a la que susurro al oido: gracias, gracias por vivir.