Hace tiempo empezé la labor de escribir en mi blog, continuando mi vieja afición de reflejar mis sentimientos , emociones y pensamientos en el papel de mi diario. Por aquellas fechas, me afectó la enfermedad, repentina, de un compañero, esencial y especialmente por encontrarme sumido en un periodo de mi vida, en el que por motivos similares sufría en mí la enfermedad de forma muy personal y tremendamente cercana.
Con la sensibilidad a flor de piel, por el dolor, la indefensión y la rabia , tomé mi pluma digital y me dispuse a desahogar y desangrar mi dolor en el rincón de retiro en el que se convertía mi blog.
Y escribí sobre él. De forma anónima, sin ponerle nombre ni rostro, relaté un encuentro casual que tuve con mi compañero, y la sensación que me produjo tal encuentro.
Ahora, pasado un año ya, vuelvo a tomar la pluma ficticia para reflejar, ahora sí, con rostro, con nombre, el sentimiento y la pena que me produce decir, desde aquí, desde esta humilde página, desde este rincón de mi corazón en el que se ha convertido este blog, decir, con total humildad, con todo el respeto, con toda la incertidumbre...pero también con toda la certeza, con toda la esperanza, decir adiós. Y lo digo con toda la fuerza, pero para adentro y desde dentro.
Amigo, has tomado las alas divinas para convertirte en libertad; te has zafado de lo terreno, despojado ya de todas las cargas, de todos los impedimentos para ser de nuevo uno con Dios.
Te has ido para volver al origen; ahora sí que eres, de nuevo tú.
Sé, con la certeza que siempre me ha invadido desde lo más profundo de mi ser, que para tí este es el momento de la felicidad plena.
Sólo aquellos que continuamos atados a las limitaciones temporales y materiales, solo a nosotros, humanos conscientes , se nos presenta este momento con dolor. Dolor por la pérdida de una parte de nuestra propia experiencia , y temor por la incomprensión que la muerte vivida como ausencia, desde nuestros limitados sentidos, nuestra cercenada capacidad de comprensión, nos provoca.
Cada vida humana, la de cada uno de nosotros, es como una enorme mansión, llena de habitaciones, en la que tras cada perdida, se apaga, se queda a oscuras una de las habitaciones.
Yo he apagado una de las mías hoy, con tu pérdida , y me quedaré dentro encerrado, durante un largo rato, a sólas, íntimamente, fuera de obligaciones y actos sociales, para desde mi alma seguirte en este viaje durante un tramo .
Feliz y venturoso viaje, y a pesar de las, -de mis- debilidades e incapacidades, a pesar de mis limitaciones, sé que tendrás un hermoso vuelo e indescriptible destino de amor. Vuela pues, amigo, sin miedo, que lo que no sé, pero intuyo , lo que siempre he buscado está ya en tí. Y aquí, en lo real, siempre formarás parte de las imágenes, de mis miradas y de mis impresiones.
HASTA PRONTO, feliz y bienaventurado amigo, ahora más que nunca estarás en mí, estaré en tí...
Por tí...hoy he vuelto a llorar; por tí,
hoy, he vuelto a rezar.
Por tí, hoy he dirigido mi mirada más allá de donde me puede llevar la mirada para ver más allá de lo que la vista abarca.
Hoy , por tí he bajado a lo más profundo de mi pozo interior.
Hoy, gracias a tí, he vuelto a ver, he vuelto a sentir, he vuelto a encontrar la luz.
Hoy me he vuelto a sentir niño, reflejado en tu mirada.
Ahora eres alma, y yo, también...contigo. Hoy...por tí contigo, he derramado mis lagrimas entre tus manos.
Hoy, he guardado tu rostro en mi alma, en el rincón, el desván de mis recuerdos. Hoy me he ido, un poco...contigo. Te he acompañado un trecho en el camino, a sólas. Sólo con recordarte, con cerrar la puerta de lo externo , he estado a tu lado, para volver a verte-ahora , tal como realmente eres: todo luz, todo alegría ...sabiduría.
Pero he vuelto atrás, el resto es tu camino, no alcanzo aún tu vuelo. Esta es tu travesía. Volveré a verte , eso...lo sé...amigo. Es nuestro secreto compartido.