- Recientes experimentos realizados con el acelerador de partículas, ha dado al traste, o, cuando menos puesto en duda la visión que tenía la ciencia con respecto a diferentes aspectos relacionados con el origen, creación y evolución del Universo. Si bien los resultados no han sido confirmados de forma totalmente definitiva, si han removido los cimientos y las bases sobre las que se cimentan nuestros conocimientos e ideas actuales sobre el Universo. Los experimentos, repetidos varias veces, han dado como resultado, la sorprendente realidad de que los neutrinos pueden moverse a velocidades superiores a la velocidad de la luz, velocidad, que se consideraba el límite alcanzable por cualquier método.
- El equipo Opera disparó neutrinos “muón” desde el Sincrotrón Súper Protón en el CERN de Ginebra hacia un detector en Italia, obteniendo repetidamente la misma evidencia: dichos neutrinos viajaban a una velocidad superior a la de luz, lo que daba al traste con los cimientos actuales de la física.
Diferentes científicos , probablemente rememorando periodos anteriores de nuestra historia, han puesto el grito en el cielo, maldiciendo y blasfemando, –científicamente hablando, claro está, por tal herejía científica. Alguno está tan convencido de la imposibilidad de esta evidencia, que ha ofrecido comerse sus calzoncillos, en público, si la misma se confirma total y definitivamente.
De nuevo, parece ser que la ciencia reniega de sus propios principios. ¿De que se asustan ahora, qué temen encontrar?
El secreto de la vida, el origen, el principio vital, sin importar que obedezca ó no a leyes físicas, ha sido definido desde los albores de la humanidad. Ha sido la soberbia y el orgullo de unos cuántos, unas veces en nombre de la religión, y ahora, en nombre de la ciencia, lo que ha mantenido al hombre alejado de la verdad, a la que se llega a través del espíritu.
La ciencia crea y expone teorías que funcionan correctamente en el plano de existencia en que nos movemos, lo que no invalida el hecho de que el mismo problema se puede entender y explicar científicamente, igualmente, por teorías alternativas que pueden simultanearse.
Lo fundamental y más sorprendente que se deriva de todos estos últimos avances de la ciencia física, es el hecho de poner en total decadencia el concepto de realidad como hecho inmutable. No existe como tal, porque todo es y existe al mismo tiempo, todo es posible simultáneamente. Otro hecho sorprendente que se nos plantea, es el ver que el elemento más pequeño que compone la materia, se salta a la ligera todas las reglas físicas que delimitan a la materia que conforman.
Situaciones como el hecho de que la partícula fundamental, al ser observada ó estudiada, se comporte en función de quién la observa ó estudia, que pueda encontrarse en varios lugares al mismo tiempo, aún a años luz de distancia, pone a la nueva ciencia más cerca de los principios filosóficos, ideas ó preceptos, de las antiguas civilizaciones.
Estas evidencias científicas últimas, aceptadas ya, por otro lado, por la moderna física cuántica, nos revela esencialmente que la vida es, - la creación en su totalidad- algo más, mucho más, que un simple proceso físico, material y científico, que el hecho que un proceso tenga una demostración científica, no implica que no se pueda explicar con otras explicaciones, también científicas y comprobables, ó con razonamientos más “espirituales”.
Estas evidencias demuestran que la mente juega un papel fundamental en el proceso de la existencia, como elemento creador de la misma, que interactúa y la modifica, que la altera, que la modifica y disfraza, mostrándola con un aspecto diferente a cómo es en su verdadera esencia.
La comunicación entre la mente y el origen es posible no sólo a través del cerebro (la ciencia), sino desde el propio espíritu. La clásica imagen del buda, en total equilibrio físico y emocional, vibrando al unísono con el principio, con la energía primigenia, es una forma, otra, –quizás la más adecuada- de comprensión del Universo. Es hora, ya, de que alejados de prejuicios, de falsas vanidades y soberbias, nos pongamos , humildemente en el verdadero camino de alcanzar el conocimiento. Observar la vida como un simple proceso físico, es alterarla en su propia esencia. Nuestro cerebro, limitado y esclavo de sí mismo, no es capaz de poseerse a sí mismo, sino depender de sus propias capacidades. Pero la vida, la creación no tiene esas limitaciones.
A la luz de la ciencia, parece ser que la partícula elemental de la materia es, sencillamente un “no es”, un puro pensamiento, un ensueño, capaz de organizar y manifestarse de cualquiera e infinita manera. Dios es, sencilla y complejamente un sueño, un pensamiento sin límites, una holografía energética en la que todo, puede tomar forma en función de cómo interactuemos en el mismo proceso.
Creo que voy a abandonar a las religiones, - algunas de ellas-, para adoctrinarme con la nueva física, porque nunca antes en la historia de la humanidad, me han planteado el “conocimiento” de una forma tan profundamente espiritual, tan íntimamente intuida en mis paseos interiores, en mis descubrimientos personales a través del sendero del corazón.
Dios es una posibilidad de tu elección, una visión , una actitud, una forma de estar y vivir la propia existencia, la posibilidad de ser y estar sumido en el conocimiento, sencillamente, al margen, liberado de los engaños parciales de la mente que nos dirige la mirada a infinitos espejos que reflejan la realidad de infinitas maneras, sumiéndonos en la idea temporal de estar contemplando la realidad. Pero basta apartar la mirada para tener otra percepción, también engañosa de la misma.