PANTALLA MUSICAL


 

martes, 29 de mayo de 2012

El gran hundimiento.

Nos habían vendido la magnificencia del navío;  era el mejor de todos, lujoso, indestructible, capaz de maniobras asombrosas, en definitiva, el todopoderoso  de todos los que habían surcado mar alguno. Jamás, ni siquiera por asomo, nadie, podía siquiera pensar que tras esa apariencia de “casi sobrenatural” habían defectos de construcción, problemas de diseño. Todos se habían apuntado al carro del éxito, todos querían viajar en él por primera vez, todos buscaban ser partícipes, tomar lugar en primera fila, salir en la foto, ocupar un lugar aunque fuera en un rincón del barco, para ser parte del éxito.

Modernos, famosos, especiales, de alguna manera artífices del éxito, así se sentían todos. No cabía siquiera permitir la más leve sospecha, no era de buen recibo, no se aceptaba a quién siquiera pudiese objetar ó dudar, ó simplemente pedir alguna  explicación , aunque fuesen , esgrimidas desde la razón, el recato y el respeto.

Marginaremos a quién ose poner en duda quiénes somos, a quiénes no aplaudan nuestro éxito, a quién no partícipe de la euforia del autohalago y la vanidad.

No, no, tú eres tonto, aburrido, sesudo, a tí hay que apartarte. No, tú no sirves a nuestros propósitos, porque sencillamente, piensas, y esa es una labor que sólo nos compete a nosotros: ya lo hacemos por tí.

Tras la borrachera, tras la algarabía de la inauguración, alguien decidió no subir al navío, alguien intuyó que tras esa fastuosa apariencia, había todo un cúmulo de despropósitos, ó, propósitos ocultos.

Así.  enfebrecidos, empujándose unos a otros, en tropel, cual rebaño, que se cobija en la fuerza de la confusión, para escapar, ó intentar hacerlo, del ataque de los depredadores, confundidos entre el número y amparándose en la masa, subieron a bordo de la mentira.

Había que ser y pensar como ellos, para poder ser parte del grupo, en el que vendían la libertad, y el raciocinio libre como elementos indispensables de las ideas de la secta.

El pobre aquél, despreciado, vilipendiado, abandonado a su suerte por quiénes, vestidos y engalanados con ropajes y artificios  le volvían la espalda, asqueados de su presencia,  había decidido,  a pesar de las contrariedades, a pesar de significar tener que vivir apartado, solitario, había tomado la dura decisión, absurda, de no subir a bordo. ¡Qué más da !se  decían unos a otros con las copas de champán en las manos mientras zarpaban a bordo de la maravilla de la ingeniería naval, – que más da- se repetían, mofándose de aquella diminuta, efímera por momentos, criatura sentada en el malecón.

Desde allí vió partir la gran maravilla, sentado, con las piernas colgando sobre el infinito mar, mientras  un suspiro de soledad, de inquietud, le inundó los pulmones, mientras unas lágrimas recorrían su mejilla. Absorto permaneció mientras contemplaba el atardecer sobre un horizonte que veía renovarse para él.

La sombra del inmenso navío se recortaba sobre una brillante esfera de sol que parecía recibirlo, mientras el sonido de la orquesta se convertía en un simple murmullo ya casi imperceptible a través de la distancia. Quizás no se oía ya, sino que seguía en la mente del imbécil solitario del muelle.

El viaje se presentaba lleno de lujos y comodidades, era un viaje especial, para la élite de la sociedad, ricos, poderosos, intelectuales sesudos, engreidos  personajes engordados con sus propios halagos. Todos, en alguna medida, participaban y defendían aquella algarabía,  en la que no había lugar para los dicidentes ni los incordiantes.

Pero el viaje de placer pronto comenzó a no serlo tanto. Las viandas y provisiones, ante el derroche, pronto empezaron a disminuir. y tras una aparente calma dirigida, empezaron a darse órdenes secretas.

La plana mayor dió órdenes a la tripulación  para racionar  los  suministros. La parte nuestra la trasladaremos a otra parte segura y secreta del barco, les dijeron, y de lo que queda iremos suministrando con cautela a los pasajeros, que no deben saber nada de nuestra estrategia.

Y  así se dispuso y así se hizo, mientras continuaban las fiestas, mientras se escondía el verdadero estado y propósito del viaje a ninguna parte.

Aquí funcionaremos por amiguismo, aquí otorgaremos cargos y prevendas a diestro y siniestro, a nuestros allegados, familiares, amigos, aquí repartiremos lo ajeno, aquí cobraremos a diestro y siniestro por no hacer nada y mal, mientras dure el engaño, mientras suene  la música de la fiesta y el jolgorio.

A ellos, pobre imbéciles, les colmaremos de halagos, fiestas y festines podridos, les daremos fiestas, partidos de fútbol, día de la madre patria, los llevaremos a misa, les pasaremos la mano por la espalda..les haremos creer. Todos unidos, esto es una gran familia, y nos apretaremos los cinturones, si hace falta, pero no va ser necesario, que esto es una maravilla de la ingenieria, esto es un navio indestructibles, ustedes son en definitiva hacedores de esto, ustedes dueños, ustedes no deben temer nada, que están en buenas manos.

Seguiremos con la fiesta, ya casi como zombies, incautos, mientras un gran iceberg, agazapado en la noche, espera, sin prisa, cumplir con su misión.

Un gran estruendo suena, un profundo ruido de despertar de la conciencia.

La orden es tajante: hay que recoger todo lo valioso, joyas y dinero, y subirlas a bordo de los botes salvavidas. Hay que recoger todo lo que podamos, y el resto de los botes son para la tripulación y los jefes ¡Qué no pare la música, seguid con la música!, subir el volumen, que no se escuche el chasquido de los hierros retocerse, repitió el capitán a los subordinados, mientras abandonaban la nave, que se llenaba de agua, lenta, pero inexorablemente, mientras se oía la música , alegre y enagañosa.

El barco se hundía irremediablemente, entre  notas musicales, ante un profundo y obscuro océano, mientras un grupo de barcas cargadas de viandas y riquezas  se esparcían alejándose del lugar de la tragedia, continuando embargadas, aunque creyéndose victoriosas , en la aventura de la mentira y del autoengaño.

Aquellos tripulantes y sus jefes se habían salvado, victoriosos, y flotaban ahora, en un océano infinito, eterno, sin rumbo a ningún lugar, sin propósito, sin motivaciones, sin futuro, sin metas ni horizontes, rumbo a…ningún lugar.

El imbécil del muelle…el idiota, el renegado, ese pobre no pudo viajar, ese que no sabía de falsas amistadas, ese que no se vendía, ese que pensaba por sí mismo, ese que respetaba, ese que miraba sin ser visto, ese que nunca destacó, ese a quién  hacían ascos, ese a quién  miraban por encima del hombro, ese, pobrecito, no tubo la fortuna de hacer el gran viaje.

El imbécil se levantó , se puso en pie al borde del muelle, miró a la lejanía y se estremeció- no supo bien por qué- mientras lágrimas de pena inundaron su corazón. Giró sobre sí mismo, miró hacia las montañas, que se le presentaban prometedoras, nuevas y eternas. Tomó su pequeño hatillo y empezó la marcha. No podía sospechar que pronto empezarían a sumársele otros imbéciles, que como él,  habían permanecido ajenos , no se habían autoinvitado al gran crucero del placer.  Pobres imbéciles del  nuevo mundo.

 

NOTA: Aún hay quién cree que es posible ser feliz en medio del dolor y tristeza ajena, quién piensa que llenando su barca de todo puede hacer algún viaje cierto; aún hay quién cree que uno es lo que representa, que es mejor que los demás, aún quién piensa que el manso es el imbécil de la historia, que el que calla es mudo, que el que escucha es sordo, que amistad y amiguismo es lo mismo…aún somos mayoría los que seguimos oyendo a la orquesta mientras el barco se hunde.

Aún hay millones que piensan que el “imbécil” , el imbécil está…sentado en el muelle…

 

 …porque creo, firmemente en el ser humano, profundamente, porque creo que hay viajes que si son reales, porque creo que hay otros horizontes, porque creo en el bien por encima de mis propias debilidades y errores, porque pienso y miro con la profunda humildad de quién sabe, sin afán de notoriedad, que no sabe nada, pero vive en el intento de ser.  Porque creo en los imbéciles, esos que ahora andan solos, con lágrimas en los ojos, con profunda tristeza en el corazón, esos que permanecen al margen de viajes programados, que  permanecen  ,duramente, a solas, consigo mismos, escuchando su propia música interior.

Porque …creo…sencillamente

miércoles, 9 de mayo de 2012

Nos vendieron el mundo

Nos vendieron el  mundo los falsos profetas, los predicadores de pacotilla, los políticos, los que ocuparon cargos y prevendas inmerecidas. Nos vendieron el mundo quiénes se erigieron como la voz de Dios, los que nos propusieron formas y estilos de vida para enriquecerse a costa del trabajo de los demás, irresponsables y mentirosos, falsos rostros, apariencias cual sepulcros blanqueados. Tras una falsa moral practicaban sacrilegios  y fruto de su incapacidad para ser y pensar, nos hundieron en la miseria. Nos vendieron el mundo esos que a costa del trabajo de los pobres se enriquecieron  míseramente. Ahora llega el tiempo del cambio, porque quizás sea este el comienzo del gran cambio, ese que se anuncia desde hace cientos de años como el Apocalipsis.

Nos han dirigido, han dirigido y gobernado quiénes no estaban capacitados para ello. Han llevado a la ruina a paises enteros, han mermado la riqueza de las gentes, se han apoderado de sus ahorros, faltos de ética y moral. Han abusado de niños, se los han quitado a sus padres para venderlos a otros. Cada día, nuevas imágenes, nuevas noticias de la decadencia nos enfrentan a una realmente tenebrosa y brutal estampa de la realidad, esa que se han emperrado en ocultarnos, tras la mentira, esos qie tras esa apariencia de sabios doctores, han demostrado su ineptitud e incapacidad.

Esos a quiénes nadie les exige preparación para dirigir un país, esos que ni siquiera han de dar cuenta del fruto de sus irresponsabilidades, fracasos y menesterosas actividades, esos , esos que enchaquetados nos han hundido en la miseria, no han de dar cuenta de sus incapacidades ni siquiera a sí mismos.

Nos vendieron el mundo, crearon falsas expectativas, nos han usado, nos han hecho pensar del modo y manera que a ellos les convenía, Pero no han podido, -que no lo crean- con la voz de la conciencia, esa que va más allá de la efímera realidad de lo material. Hay corazones que sienten, hay buscadores que entre las tinieblas ven la luz, hay quiénes independientemente de su credo ó religión van de la mano de la ética y la moral, esa que nos hicieron creer. en aras de la libertad, era una pantomima de las religiones.

Hemos caido en la cultura de la no cultura, en la miseria de la indignidad y la falta de conciencia personal, ese es el auténtico Apocalipsis, la bomba de relojería que estallará entre la masa amorfa, esa que han  creado y alimentado los poderes obscuros. Existe el mal, y su poder radica en hacer creer que no existe, y el lugar donde se esconde es en donde menos buscaríamos para enfrentarnos a él, allá donde se venera un falso dios, tras los púlpitos de falsa apariencia.

El mal se alimenta de la mentira y el engaño, tienes súbditos y acólitos, siervos y servidores, nunca amigos. Nos vendieron el mundo, pero el reino de la verdad jamás sucumbirá, porque ese renacerá en el corazón de los que buscan, en las voces calladas del sabio, del sencillo y humilde caminante del sendero interior. Nada hay que me puedan quitar que tenga real valor, nada está en manos de quiénes no pueden siquiera sostener su propia vida. Sí,es el Apocalipsis, porque nos han vendido el mundo, al más bajo precio, al más engañoso impostor.

martes, 8 de mayo de 2012

¿es esto amor?

…para tí…

SOLO LA MUSICA ES CAPAZ DE BORRAR LA MISERIA DEL CORAZÓN, SOLO LA MUSICA ES CAPAZ DE ACARICIAR Y SONREIR A TU ALMA. SOLO LA MUSICA PUEDE DETENER EL CAMINO AL MAL. SOLO LA MUSICA ES CAPAZ DE HACERME FELIZ. SOLO MUSICA. SOLO YO, ASÍ, FRENTE AL MUNDO. A SOLAS, EN EL SILENCIO DEL SONIDO DE LAS NOTAS MUSICALES.

MUSICA Y YO, VIDA, AUSENCIA, SILENCIOS, IMPRESIONES… GOZO DE VIVIR.

SOLO LA MUSICA ES CAPAZ DE ACALLAR MI MENTE, SOLO LA MUSICA PUEDE REFRENAR MIS PENAS FRENTE A UN MUNDO ABSURDO QUE SE HUNDE, QUE SE ROMPE Y DESMORONA POR MOMENTOS