EL REFLEJO DE MIS SUEÑOS

 

 

RECREACIONES DE MI MENTE Y ECOS MUSICALES

 

MUSICA ES:  VERANO ES…MÚSICA:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

TEMPORAL PARA GERARDO

 

LUIS432

ENTRETIEMPOS

 

 

REFLEJOS…

 

MIS PRECEPTOS

Aunque no soy de creencias aprendidas por orden, aunque no me trago lo que mi mente y mi corazón no pueden asimilar por sí mismos , -posibilidad y capacidad que me ha sido otorgada por Dios, dicho sea de paso-, hay dos cosas, dos frases, dos notas que me han llamado siempre la atención. Una de ellas es esa de “dar al césar lo que es del césar”, y la otra ,“mi reino no es de este mundo”. Ambas, creo yo, tienen un trasfondo común, y es el hecho de demostrar, de hacer ver, que el mundo de lo material, es asunto nuestro, nuestra responsabilidad, nuestro entorno inmediato, efímero, y que en ese entorno, jugamos nuestras leyes, nuestras reglas, a las que nos debemos, en lo humano, como simples jugadores, participantes del embrollo de nuestra realidad creada.

Dios transciende esa realidad, limitada, efímera y equívoca. Va más allá de creencias, de rezos sonoros, de gestos externos, de fiestas y jolgorios, de manifestaciones religiosas, porque eso no es sino la visión, la realidad de un Dios que atrapamos en la mentira de nuestra realidad, conformándolo a nuestro antojo, aprisionándolo en la cárcel de las leyes físicas de las que somos esclavos.

Hay que aparentar lo que queremos ser, lo que pretendemos ser, pero escondemos en nuestro interior la voz que nos grita lo que somos realmente. Tengo que aparentar urgente y vehementemente lo que pretendo, tengo que ocupar un sitio en la moda, en la escala social, en la opinión ajena, porque en mi creencia falaz, es lo único que hay, lo único que importa, y consecuentemente persigo.

Miento a los demás, aún a costa de mentirme a mí mismo, pregono mi éxito social, mis fiestas y mis jolgorios, porque con ello disimulo, falseo la verdad que oculta mi corazón. Religiosidad aparente, fiestas e ídolos, patronas y patrones, golpes de pecho, cirios y castigos..pero que se vea, que se note como me enfervorizo ante una imagen de barro, ante una limitada, sesgada, creada caricatura de Dios. “Falsos ídolos”, por cierto, denominó alguien .

Ataques de histeria individual y colectiva ante un muñeco de barro que humaniza, y por tanto rebaja y limita, la universalidad e intemporalidad de la divinidad.

Nada dice de la religiosidad profunda, de la conciencia compartida con  lo divino, las fiestas religiosas, esas a las que ahora está tan de moda acudir, para venerar a la virgen ú otro santo de devoción, cargados de botellas de alcohol y algún porrito, porque eso sí, el motivo, la causa es muy venerable: la religiosidad. Pero es lo absurdo de lo absurdo, es lo contrario, es el insulto, es la tomadura de pelo,es el reflejo de la verdad que se esconde en nuestro corazón.

Veía yo, como me gusta hacer, observando y asimilando, recreando en mi espacio interior, para aprehender y aprender, para conformar ideas y opinión, para sacar conclusiones , veía, digo, un reportaje sobre los llamados sicarios, esos que asesinan por un sueldo, esos que quitan la vida por dinero , cómo, antes de hacer su “trabajo”, rezaban a la “virgen” para que les protegiera, para que les diera fuerzas, ánimos y seguridad para cumplir su encargo.

No lograba  salir de mi asombro; no lograba, humildemente, entender que tipo de fe, que religión es, de que dios hablan, a qué dios rezan. Claro que en el fondo, en mayor o menor intensidad , con mayor o menor grado dentro de la escala de lo absurdo, es el mismo que celebramos, el mismo al que acudimos para lograr una sonada borrachera, cargados de locura y violencia. Es el ídolo de barro, la mentira de nuestra conveniencia, el dios de nuestro antojo, el que hemos creado para justificarnos, para reflejar en él nuestra mentira, nuestro verdadero rostro. Falsos ídolos de barro, decía alguien…

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