…que no compro música, esencialmente porque, aparte de tener una desmadrada colección de vinilos y cds, que en mis grandes ratos de soledades obligadas fueron compañeros del alma, aparte de por eso, es que la música para mí ha muerto, falta de talentos y personalidades con carácter y estilo propios. Yo sigo oyendo música, la de siempre, la que conservo en mi citada discoteca, y a veces. recorro y recurro. más por curiosidad, y por cambiar y despejar mi oido , a los medios de internet, esencialmente invadido por la curiosidad de ver que se escucha por ahí. No pirateo, no grabo, y no uso la música, para beneficios económicos ni propios ni ajenos.
Hay buenos músicos de escuela, que tocan excelentemente sus respectivos instrumentos, con voces bien cuidadas y educadas técnicamente, pero la música es algo más, fundamentalmente, esencialmente. Eso es el talento, la personalidad, la capacidad de hacer sentir que se oye un sentimiento, no un trabajo, simplemente técnicamente correcto.
Abundan las medianías perfectas, pero los talentos son extraños, porque si los analizamos, podemos ver imperfecciones, pero cuando sumamos valores, resulta que al final la suma parece que no responde a las matemáticas.
Una voz que quizás no sea la mejor, un estilo que, bueno, un suma y sigue, que al final, extraña y curiosamente, nos da matrícula de honor. , Eso es la maravilla del genio, porque no responde a la suma de coeficientes matemáticos, sino que el resultado, inexplicadamente y extrañamente, rompe los moldes.
Hoy no hay quién rompa los moldes, esto, claro está, desde mi punto de vista personal. Eso unido al excesivo celo que han puesto, probablemente no los autores, sino las casas discográficas, y demás, que viven a costa del talento ajeno, de poner económicamente la cultura al alcance de ciertos poderes adquisitivos, han hecho de esta una época vacía, silenciadamente carente de valores.
Cuando se persigue los llamados derechos de copyright, por ejemplo, por utilizar una melodía para el fondo de un video de carácter personal ó público, pero que no tiene carácter, fines, propósitos ni teóricos ni prácticos de aprovechamiento económico, me parece que se riza el rizo. Creo que se infringen los derechos, cuando con el trabajo ajeno se lucra uno personalmente, pero cuando eso se hace porque uno se identifica con lo que oye, lo que lee ó piensa otro, me parece que es sencillamente, identificarte, dar publicidad, ayudar a dar a conocer a quiénes no saben ó conocen esa música, esa idea ó esa forma de ser y hacer.
En esta época en la que quiénes nos marcan las leyes se las saltan a la torera, quiénes nos han dictado las normas morales y éticas han caído en la depravación, quiénes defienden los derechos de autor, se han lucrado ilegalmente del trabajo ajeno, le suena a uno a pitorreo todo esto de los copyright porque le pones música a un video que no tiene otro carácter que el de personal en el estricto sentido de la palabra, porque no intentas sino reflejar tu propio sentir y tus gustos, tu forma de ser y tu sintonía, con esos discos que, formando parte de tu colección , de tu discoteca, reflejan una parte de tí mismo, de tu historia y esencia personales. Porque yo soy lo que pienso, lo que escucho, lo que veo, y en eso va mi música, mis ideas, mis lecturas, eso, que, en conjunto, forman mi vagaje personal.
Yo no trapicheo con la cultura, no la vendo, no la mercantilizo , no me lucro, sencillamente me defino con la que me identifico, y no puedo desgajarme de ello.
En esta época de falta de talentos - yo no lo soy- evidentemente, y para mi desgracia, pero sí los reconozco y valoro, me apena ver cómo se intenta apretar las tuercas para seguir sacándole aceite a la misma aceituna, porque el olivo se ha secado. En una época de falsas promesas, de falta de ideas nuevas, propias , de mentiras, de descubrimientos de lo falso , se prohibe lo más nimio y se permite lo más grave.
Se han cargado la cultura, porque han hecho de ella un mero negocio, y cuando han visto bajar los beneficios, se emperran en culpar a otros de las consecuencias de su nefasto proceder.
No acaba con la cultura, ni con la venta de discos, el poner de fondo la música de un cd que has comprado, a un video personal, no matemos al mensajero, al que de una forma ú otra difunde la cultura sin obtener rédito económico alguno. Pero visto y no visto, habrá que tener cuidado al pasear no cometer el delito de silbar ó tararear alguna melodía protegida por derecho de autor, ó expresarle a alguien una forma de pensar o idea que alguna vez leístes en un libro, porque esa idea no es tuya sino del escritor del libro. Y es que si siguen intentando sacar aceite a la misma aceituna, (cosa harto difícil ya) no me extrañaría que cayésemos en una especie de fascismo cultural, en el que se perseguirá a quiénes piensen , tarareen , difundan algún contenido sobre el que no tengan derecho de autor, porque entonces dejaremos de pensar, de sentir, de opinar, y de, en definitiva gozar de la libertad de ser uno mismo, a parir de lo que se ha recogido de la interacción con su propia historia personal.
Soy “Mi” música, soy “Mis” lecturas, soy “Mis” fotos, soy “Mis” opiniones, soy “Mis”ideas, y sólo cuando deje de ser , podrán desgajar de mí cada uno de esos caracteres, y tengo el derecho a hacer ver, a compartir, a relacionarme, a difundir, a dar a conocer lo que soy a los demás, porque los demás son , también, esa parte de mí indestructible, esa que no se compra ni se vende, que no cotiza en bolsa.
Si les digo que me citen a un músico actual que seguirá , pasará, o quedará en los anales de la historia musical venidera, como tantos otros anteriores que vivirán eternamente como valores imperecederos, probablemente la única respuesta, el único nombre será el de “silencio”. Y les puedo asegurar, que eso no es debido a que un pobre idiota como yo ó tantos otros vividores del sentimiento, pongan de fondo musical a un video la música de un cd . Si de eso depende el talento de nadie, muy poco talento se debe tener.
Pero no, yo seguiré leyendo mis libros, escuchando mis viejos discos, seguiré pensando libremente, aunque con ello esté pensando igual que alguien con derecho de autor, aunque con ello proclame que esta ó aquella música son para mí, parte de mí, aunque siga haciendo propaganda, difundiendo, dando a conocer lo que yo creo que merece la pena, aunque no esté de moda, aunque no se venda, porque la cultura que nos han metido por los oidos, la mente y demás sentidos sea, simplemente el del sonido del dinero.
Esta es, lo ha sido, siempre, una página libre de derechos de autor, donde se hace propaganda de ideas, músicas, formas de ver y pensar, que se difunden sin interés ni intenciones mercantilistas. Esta es la página de un pobre idiota, simple ser humano, que aún cree en los valores, en la libertad, que cree en la moral y la ética, que piensa que la forma de ser feliz no tiene nada que ver con el poder y el diversionismo, que no se plantea si lo que piensa ó escucha es ó tiene derecho de autor, porque, sencilla y francamente, lo atesora y guarda en su propio espíritu como parte intrínseca de lo que es. Vivir, y recorrer mi obligado sendero a través y hacia el espiritu acompañado con mi musica, ideas, y sentir personal, sin pensar si son ideas propias ó adquiridas, en otra etapa de mi vida, porque, probablemente mucho de lo que soy- quizá todo-. sea fruto de la interacción con el mundo y gentes de cualquier época en el tiempo, es y será probablemente el motor que me impulse en la aventura del ser.
Este es un blog educado, cortés, valiente y sereno, en el que no pretendo sino escucharme a mí mismo, para mì. No hay otro afán, no busco éxito, –no me gusta-. Valoro esencialmente la tranquilidad y libertad de espíritu, el placer de saborear cada instante, intimamente, en comunicación con el instante, plenamente. No me engañan las apariencias, ni los convencionalismos, no me gustan los juegos y roles sociales. El mundo es mío, para mi, sólo él y yo, en un intercambio entre la conciencia de lo creado y mi alma, que son, en definitiva la misma cosa,. Este mundo es mío, y de cada uno que lo acepte y reciba como tal, que lo valore y agradezca de ese modo. porque nada que se da se pierde, se multiplica en sí mismo.
Amo al mundo desde mi indiferencia, como el que más, mucho más profundamente, que el que lo disfruta entre lo material y la algarabía. Disfruto a cada instante con el pleno convencimiento que el mundo es porque yo soy, y que yo soy porque el mundo es.
Nada hay que atraviese la barrera del tiempo que pueda cargar a lomos de mi espíritu. No hay mudanzas para el alma, solo esencia intemporal. Nada que no sea mi propia esencia perdurará, todo lo demás, es una pura fantasía, es luchar en batalla perdida, es cultivar en terreno baldío, es responder ignorantemente a la llamada de la fantasiosa mentira de los sentidos, es dejarte esclavizar por ideas ajenas. No, sólo hay algo que perdura, solo algo que atravesará las barreras eternamente, y es el alma que te conforma, tu espíritu, eterno y primordial. Vive para tí mismo, cada segundo, agradecido, humilde, y serás victorioso en tu propia felicidad, porque no dependerás de hechos mudables, no navegarás en aguas turbulentas.
Tú eres el mundo, tú te conformas con y en él, con toda la humildad, con todo el agradecimiento, con toda la ilusión de poder llegar a ser, de poder alcanzar la meta. Y sonreirás, más allá de penas y dolores, reirás, en silencio, íntimamente, más allá de los juegos del engaño. Tú, sólo tú y el infinito amor de Dios, en íntima conversación, eterno diálogo.