PANTALLA MUSICAL


 

martes, 28 de agosto de 2012

Veía sobre…

Veía la televisión , y las imágenes en las que se ven pintadas, gritos e insultos contra los padres de quién, terriblemente, parece ser confirmado, asesinó y quemó a sus pequeños hijos. No me importan nombres, datos fríos y mecánicos . Este es un blog, personal. íntimo que habla del corazón, que se escucha a sí mismo, que navega solitario, que no busca ni necesita aplausos ni acólitos, que no es fruto de lo cotidiano, que no intenta convencer sino a quién lo escribe de quién y qué es.

No, no me importan nombres ni cifras, ni datos, no tengo tampoco memoria ya para ello, pero no es el  nombre de la flor quién me admira, sino su belleza y aroma.

No me valen aplausos, ni fama, no me interesan recompensas de ningún tipo, y en ese afán de mediocridad frente a lo mundano, precisamente por esa forma de ser y sentir, me asustan los jueces y verdugos de los demás, esos que son capaces de decidir sobre el bien y el mal, juzgando la vida y sentimientos interiores de nadie.

Desde estas páginas perdidas,  remotas, me declaro incapaz e insolvente para juzgar la vida de nadie públicamente, aunque pueda mantener mi propio criterio al respecto. No tengo capacidad para ser verdugo, sino de mi propia vida.

Dicho esto, sí me permito lamentarme, personalmente, cuando veo a dos ancianos, que, probablemente son y han sido victimas de un hijo seguro afectado de graves trastornos mentales. Sólo los que pasan ó han pasado por eso trago, saben la indefensión y el castigo que supone compartir la vida con gente con esos problemas.

Quiénes estén libre de culpa que arrojen la primera piedra. Probablemente, todos seamos cómplices, culpables de la situación general que vivimos, pero yo desde luego, no puedo, no soy capaz, tengo la conciencia suficiente, para siquiera recoger del suelo la piedra para arrojar, porque no puedo castigar a quiénes, seguro, sufren terriblemente la pena y el castigo, antes y después de los hechos, de tener un hijo capaz de tales barbaries.

Seguro lo han sufrido y aguantado durante años, y siguen sufriendo, ahora en manos de otros, ser simplemente padres de un loco, no por voluntad propia. Busquemos chivos expiatorios, para acallar nuestras conciencias, para considerar y descargar nuestras frustraciones, nuestras propias e ineficaces acciones, nuestros fracasos personales, y seamos jueces perfectos, seguros, desde nuestra propia limitación.

No puedo tirar piedras sobre el tejado de nadie en particular, no sé ,no quiero, no me atrevo, no me considero con derecho ni capacidad para hacerlo.

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