PANTALLA MUSICAL


 

martes, 28 de agosto de 2012

Leía sobre…

Decía Krishnamurti que uno de los peligros y errores en los que caía nuestra sociedad, la humana, era no ser consciente sobre la existencia del mal en sí mismo, y sus acciones y consecuencias en el devenir como especie y a nivel personal.

La vida es una dualidad en todo sus aspectos, pues nada es en sí mismo, sin la presencia de su contrario. El blanco deja de serlo si no hubiese negro, lo alto  perdería su sentido, si  no existiera lo bajo, la noche no sería sin el día, lo superflúo sin lo profundo…el bien…sin el mal.

Son las caras inseparables de una misma moneda. Es el estado de la conciencia quién disocia ambos conceptos, el del bien y el del mal, tomando acción en pos de uno ú otro estado.

Y todo es energía, que aumenta ó disminuye como efecto de nuestro propio pensamiento, que la manipula, en la mayoría de los casos inconsciente y erróneamente, provocando que el efecto y las acciones siguientes sean determinadas por el bien ó por el mal.

Cuando la energía generada con nuestras acciones y pensamientos se decantan hacia lo negativo ó el mal, este recupera y adquiere mayor poder, rompiéndose el equilibrio de la dualidad, momentánea o, en el peor de los casos, definitivamente.

El mal existe sin dudarlo, porque existe lo alto y lo bajo, lo derecho y lo izquierdo, el ying y el yang, lo externo y lo interno, el amigo y el enemigo… los contrarios.

Leía así mismo sobre profecías sobre un mundo globalizado, absolutamente mercantilizado, donde todo tenía precio, falto y carente de valores, donde primaba y regía el poder sobre la caridad, los intereses personales sobre lo público, donde el valor individual de la vida no contaba, donde drogas y demás, mermaban la capacidad del raciocinio y la concienciación, como proyecto, deber y fundamento de cada vida humana, etc…

Leía y miraba a mi alrededor, escuchaba a mi alrededor, revolvía en mi mundo interior, y…me espantaba la conclusión. Apocalipsis, sí, no en diciembre, no en una fecha futura, ya, antes de ahora.

¿Quiénes nos gobiernan realmente, quiénes dirigen y planifican nuestro futuro como especie, quiénes reparten el beneficio del trabajo y sacrificio de todos, quiénes nos dirigen en nuestras creencias y formas de pensar, quiénes nos manipulan?

El camino es el del espíritu, la respuesta está encerrada en el corazón del buscador, la única escapatoria posible a todo este mundo inverosímil, ficticio , de lo tangible, de lo cotidiano. Lo cierto, lo real, lo perdurable, más allá de este soplo de brisa que constituye esto que consideramos nuestra vida, aparcada ente el  no sé de dónde y el no sé a dónde, está en lo profundo del pozo de nuestro interior, allá donde no rige otro poder que el nuestro , allá donde la labor solo la podemos realizar nosotros, allá donde el esfuerzo es nuestro y nuestro su beneficio, allá desde  donde parte la llamada y donde se encuentra la respuesta y la con testación. Es la verdad única, cierta, eterna.

El mal está ahí, en cada uno de nosotros y fuera ,amenazando, enfrentándose y dañando esencialmente al bueno, porque es su enemigo, su contrario. El mal está fuera y dentro, amenazando, impidiéndote ver y escuchar más allá de lo que le interesa, engañando con falsas propuestas. Ser consciente de su existencia es la primera barrera contra su poder, es estar alerta, es poner nuestros sentidos en funcionamiento…

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